En cuanto aparecen las primeras nieblas y tardo casi mediodía en ver el sol, mis piernas me llevan casi sin pensarlo a la cocina para ponerme a preparar platos de cuchara y postres de esos reconfortantes que aporten buena energía para soportar las bajas temperaturas. El calor está genial, pero nada comparado con ver llover desde el sofá con un buen libro y dejar ligeramente abierta la ventana para que entre el olorcito a tierra mojada, mhmmmm si se pudiera comer jajaja, tiene pinta que sabría a mil amores!! La nieve no me emociona tanto, bueno miento, me gusta cuando estoy de vacaciones, dentro de casa y sin la necesidad de salir y sufrir por si me resbalo con el dichoso hielo y empiezo a demostrar al personal las nuevas piruetas que casi no he practicado de patinaje artístico...se me da fatal! Este año pinta que va a ser duro de pelar! Normalmente es uno chuchurrio, casi sin nieve y frío y el siguiente es de cogerse los machos y abrigarse como una cebolla y acabar como el muñeco michelin. Es de un glamour tremendo jajaja. Ya estoy sufriendo por mi hijo, el pobre va al instituto en el pueblo de al lado y en bicicleta! Lo bueno es que aquí están hiperpreparados. Antes de las 6 de la mañana las carreteras y las aceras están limpias y llenas de sal para evitar que se congelen. Pero el frío no te lo quita nadie.
Me acuerdo de una vez que fuimos a uno de esos mercados navideños tan bonitos, todo era precioso, nieve que cubría hasta casi el techo de los coches, pero hacía una rasca tan bestia que por poco me quedo sin respiración al bajar del coche, estábamos a -18°C!!. El caso es que mi hija tenía poco más de un año y la llevábamos en el cochecito metida dentro de un saco con tres puertas y maletero de lo preparado que estaba para el frío, ella embutida de ropa, guantes, bufanda, gorro, body, camiseta térmica, jersey, chaqueta forrada, abrigo acolchado....de todo!! La gracia del mercado es ir paseando, picando y comprando de todos los puestos que emiten mil y un olores de fondue, crepes, manzanas rebozadas servidas con crema inglesa...un sinfín de cosas. Y mi hija no iba a ser menos, así que le di un buen trozo de pan y una salchicha que se la iba dando yo a trocitos. El tiempo pasaba y ella no hacía más que intentar acercarse el pan pero no llegaba a morder. Estuve un rato observándola hasta que me di cuenta que la pobre no podía comer porque no podía doblar el brazo de la cantidad de ropa que llevaba puesta jajajajajaja pobrecilla mía!!!! Calentita estaba , eso sí!!!
Es en esos momentos cuando llegas a casa y agradeces tener un buen plato de cuchara para entrar en calor y reconfortarte. Pues el arroz con leche, aunque se sirva frío, para mí, es el típico postre que me huele a invierno. Supongo que debe de ser por la canela, el limón, aromas típicos del frío....ahora no sé porqué me ha venido olor a vino caliente mhmmmmm...yo creo que estoy deseando que llegue diciembre para ir a hacer mi ruta de mercados de navidad!! Me chiflan!! A vosotros no?
Pues para ir abriendo boca y mientras espero a que lleguen los mercados y el frío de verdad, os dejo este budin de arroz con leche. Es una receta que vi a Ramón Roteta ya hace un tiempo y me enamoré al instante. Mi tía abuela Mercedes tenía unas manos de oro en la cocina, y aunque tenía un buen número de platos que los bordaba a la perfección, para mí lo mejor que elaboraba era el arroz con leche. Era una delicia, cremoso, suave, nada empalagoso, dulce en su justa medida, meloso...una verdadera obra de arte para el paladar. Hace ya unos cuantos años que nos dejó, pero son muchísimas las ocasiones que me acuerdo de ella cuando estoy entre fogones. Ahora mientras escribo esta entrada me doy cuenta de la gente que ha influido en mi manera de concebir la cocina. Me han transmitido cariño, pasión, delicadeza, atención, inspiración, superación, ansias por aprender...cuanto les debo!! Pues venga, esta receta va dedicada a todas esas madres, abuelas, tías, tíos, amigos que tanto nos han enseñado y nos han inculcado lo maravilloso y divertido que puede ser cocinar!.
BUDIN DE ARROZ CON LECHE
INGREDIENTES
* 90g arroz bomba
* 600ml leche
* 150ml nata líquida
* 1 rama de vainilla
* cáscara de limón
* 60g azúcar
* 60g pasas de corinto
* 30g azúcar glass
* 2 huevos
* 1 lámina de pasta brisa
ELABORACIÓN
1. Hidratar las pasas de corinto con un poco de moscatel, o en caso de que vaya a ser consumido por niños con un jarabe de agua y azúcar. Reservar.
2. En un cazo cocer a fuego medio-bajo la leche, azúcar, las semillas de la rama de vainilla, la cáscara de limón y el arroz durante 25 minutos moviendo constantemente para evitar que se pegue.
3. En un molde desmontable, acomodar la masa quebrada, cubrir con legumbres y llevarla al horno a 180°C durante 20 minutos. Una vez cocida, retirar las legumbres y reservar.
4. En un bol batir los huevos con la nata y el azúcar glass, unir poco a poco la mezcla de arroz con la leche, retirar la cáscara de limón y unir las pasas escurridas del líquido de hidratación. Rellenar la masa quebrada horneada previamente y llevarla al horno de nuevo a 160°C durante 35 minutos , hasta que esté cuajado. Si son moldes individuales con 20 minutos son más que suficientes.
Podéis servirlo con una salsa de chocolate, helado de vainilla...imaginación al poder!! Que os aproveche!!