Las granjas en Suiza

Bueno, como podéis comprobar ésto de receta no tiene nada, pero sí que tiene relación con muchas de las preparaciones que hago en casa. Aquí en Suiza la leche es un producto protegido, es decir, el litro de leche tiene un precio fijo y cada empresa de supermercados compra y distribuye con el logotipo del super. También os tengo que decir que la leche sabe a leche, no es aguachirri como cuando la bebo allí en España.
Si algún día visitáis Suiza y circulando por alguna de las carreteras locales encontráis un cartel que diga " Milchautomat" , entrar en la granja y os encontraréis una máquina como la de la foto. Abrís la puerta y os encontraréis algo tan curioso como ésto, podéis comprar la leche directamente de la máquina. Tan simple cómo meter el dinero, poner la botella limpia debajo y a esperar que se llene. Y si queréis también disponéis de huevos frescos. ¿ Qué más se puede pedir? Entonces es cuando yo llego a casa y con esa leche pasterizada y esos huevos preparo unos panes que son una auténtica delicia. Y para los amantes de la leche es un auténtico paraíso, recuerdo por ejemplo a nuestro amigo Carlos, que la tarde anterior al viaje de vuelta, uso todos los francos sueltos que le quedaron para beber vaso tras vaso al lado de la misma máquina, cómo si fuera la barra de un bar. Y otro ejemplo es mi cuñado Alex que llena la botella y de un trago la liquida, mandar a éstos dos a buscar leche a la granja es un peligro porque les pides dos litros y llegan con un culín en la botella.
Pues nada, ya sabéis si alguna vez pasáis por éste magnífico país no perdáis la oportunidad de probar la leche, la nata ( es famosa en el mundo entero la Double Cream de Gruyere), y los quesos, osea cualquier derivado lácteo.